Fabio Juliá, profesor de Química Inorgánica de la Universidad de Murcia, ha recibido 1,5 millones de euros para un proyecto que apuesta por el hierro, más barato y menos tóxico.
Carmen Torrente Villacampa. Madrid
Madrid- Lun, 11/09/2023 – 12:58
Fabio Juliá Hernández, profesor del Departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Murcia (UMU), ha recibido 1,5 millones de euros para el desarrollo de fármacos y otros compuestos de forma más sostenible y barata. Ha sido en el marco de los proyectos Starting Grants, concedidos por el Consejo Europeo de Investigación (European Research Council, ERC). En concreto, el objetivo es, en un plazo de cinco años, desterrar el paladio en favor del hierro para crear nuevas reacciones químicas más económicas y sostenibles. Solo en términos económicos los datos son bastante impactantes, como detalla Juliá.
«Los fármacos y otros componentes muy importantes para la sociedad, como los agroquínicos y los smartphones, se elaboran mediante reacciones químicas. Dichas reacciones solo son posibles mediante el uso de un metal muy caro y muy escaso: el paladio. Esto, a largo plazo, puede suponer un problema para las futuras generaciones», ha explicado a este medio.
Un gramo de paladio cuesta 2.000 euros; un gramo de hierro, 0,3 euros
Por ello, él y su equipo quieren anticiparse a este problema: «Para ello queremos emplear el metal más abundante del universo: el hierro. Además, al ser tan abundante, es extremadamente barato».
Mientras un gramo de paladio cuesta 2.000 euros, un gramo de hierro son 0,3 euros: «El hierro es 10.000 veces más barato. Esto no quiere decir que el proceso en general vaya a ser 10.000 euros más barato. Es difícil hacer un cálculo, pero con el hierro nos ahorramos el tratamiento extra para eliminar las trazas de un metal pesado tóxico».
Juliá insiste en que su intención no es solo abaratar las medicamentos que ya existen, y donde está implicado el paladio (como los ibersartanes, según pone de ejemplo), sino también «facilitar que se descubran nuevos. La idea no es solo reemplazar al paladio, sino hacer cosas con el hierro que con el paladio no pueden hacer». El objetivo, al fin y al cabo, es desarrollar nuevos fármacos de una manera mucho más rápida y eficiente.
Aparte de todo, el hierro contamina menos que el paladio: «Es menos tóxico, y esto es un beneficio en lo referente a elaboración de nuevas medicinas. Si en el proceso de elaboración del medicamento hay cualquier traza de un metal tan tóxico como el paladio, es un peligro para la salud. Por ello hay tantos controles y procesos extra de calidad», matiza. Por el contrario, «el hierro es biocompatible; no es tóxico. De hecho, lo tomamos en la alimentación».
Además, desde el punto de vista medioambiental, la huella de carbono asociada a la extracción de paladio es más alta: «Genera muchos gases de efecto invernadero. Sin embargo, el hierro, al ser más abundante, lleva asociada una liberación de CO² que es muchísimo menor».
Qué es lo innovador de su proyecto
¿Esiste alguna iniciativa similar? «Por supuesto. Esto es como el santo grial de la Química. Los problemas importantes son fáciles de identificar, y, obviamente, hay mucha gente trabajando en ello. Hasta ahora se han tomado una serie de aproximaciones para solucionar el problema, pero no han funcionado».
«Lo innovador de mi idea es usar la luz para posibilitar que el hierro se comporte como paladio»
¿Por qué cree que el suyo sí funcionará? «Lo innovador de mi idea es usar la luz para posibilitar que el hierro se comporte como paladio. Y esto es algo que nunca se ha hecho en la historia. De hecho, ya tenemos resultados preliminares que demuestran que sí es posible reemplazar el paladio por hierro cuando lo activas con luz. Esto nunca se ha demostrado hasta ahora», resume.
Si bien el proyecto se encuentra en unas fases iniciales, Juliá indica que ya ha compartido algunos de sus resultados con compañías farmacéuticas, como Astrazeneca, con la que colabora, o Lilly. «Se han mostrado muy interesadas, porque esto es un problema que la industria farmacéutica tiene en mente desde hace tiempo».
Para este proyecto cuenta con un equipo «muy pequeño, ya que aún estoy contratando personal. La idea es que estos 1,5 millones de euros se destinen, por espacio de cinco años, a la compra de equipamiento y contratación de personal. Ahora estoy haciendo entrevistas a personas de todos los perfiles y cualquier país», comenta.
Detalla que el perfil que busca es principalmente el de químico, tanto doctorados en Química como licenciados en este grado que puedan desarrollar su doctorado durante esta investigación. Eso sí, no descarta a licenciados en Farmacia que quieran hacer un doctorado en Química: «Las personas que trabajan en la industria farmacéutica, que son responsables de esa elaboración de fármacos, involucran a químicos para esos procesos químicos».